¡Las cavernas, una locura turística!
Cerca del Puyo se puede hacer turismo debajo de la tierra. Habrá un spa.
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En una especie de montaña, Saltos diseñó lo que serían dos formas de hacer turismo. La primera es el paseo de la oscuridad, donde la gente entra a las cuevas y descubre el temor de estar bajo tierra. Muchos gritan y se desahogan, pero al final salen felices de haber pasado esta experiencia única, mientras que el otro proyecto es más ambicioso.
“Las cavernas de los chorongos” es el único tour debajo de la tierra, donde el turista puede darse el lujo de recibir un baño de agua caliente o fría, masajes con lodo, usar el jacuzzi, un baño de vapor, hidromasajes, musicoterapia, sauna o un simple recorrido dentro del lugar.
“El nombre que se le puso a las cavernas se debe a los monos chorongos existentes aquí, son una atracción y por eso, en la parte de enfrente, hay una pareja de estos animalitos muy bien tallada sobre la tierra, eso nos ha llevado mucho tiempo, pero valió la pena, porque ahora los ecuatorianos nos sentimos orgullosos”, expresa Jaime, un profesor y escultor que se dejó llevar por sus locuras sin imaginar que podría proporcionar muchas satisfacciones a los turistas.
EL VIAJE
Estas cavernas están ubicadas en el Oriente ecuatoriano, a pocos minutos de Shell Mera, en la vía al Puyo, en la provincia de Pastaza. Para llegar no es difícil, porque está junto a la famosa Casa del Árbol que ahora es de 11 pisos, siendo un verdadero récord mundial.
Hay dos entradas a las cuevas y nos quedamos perplejos al palpar lo visionario que resultó ser este ecuatoriano. Claro que todavía muchos opinan que su trabajo es de locos, pero si la maravillosa idea hubiera sido de un extranjero con seguridad que los elogios fueran al por mayor.
“Quería que la gente esté más cerca de la Pacha Mama (Madre Tierra) y que al llegar hasta aquí se olvide del mundo: del cemento, del celular y que entre a disfrutar de lo hermosa que es nuestra tierra, es por eso que cuando usted llega a las cavernas se sentirá diferente, porque es una forma realmente increíble de desestresarse. Además, disfrutará del sauna, hidromasajes, masajes con barro, uno de los mejores en el campo de la medicina o baños de agua caliente.
También hay espacios donde puede dedicarse a la meditación”, señala Saltos, quien cuando se dio cuenta que su vida estaba encaminada a las esculturas y el turismo dejó su profesión de profesor ejercida durante 15 años.
Las cavernas cuentan con diversos caminitos y la luz es artificial. Al momento se trabaja en el tendido de las mangueras para el agua y las plataformas para los masajes se hallan listas, en cada sala de estar hay algo especial.
“Hay sitios para muchas personas, pero también pensamos en las parejas, por eso existen baños con más privacidad, donde pueden recibir todas las terapias”, manifiesta Saltos, quien se siente orgulloso de los más de 100 metros de cuevas que ha construido.
NUEVA PROPUESTA
El trabajo que lleva más de 3 años es totalmente artesanal y cada detalle se planifica al máximo.
“Nuestra región es muy conocida por las enormes boas y ahora las tenemos en esculturas. El trabajo que hacemos es de todos los días, sin embargo por falta de dinero no hemos avanzado más rápido, además muchos tenían dudas de que no lograríamos nuestro objetivo. En la obra ha metido mano poca gente. Llegaron turistas de otros países que son arquitectos y nos dieron ánimo para seguir adelante. Recuerdo que al inicio teníamos temor de quedarnos encerrados por tratar de sacar la tierra, pero gracias a Dios no pasó nada, cada vez que cavamos usamos hierro en todo y tomamos las seguridades del caso”, dice Saltos, quien tiene como mascotas tres monos que no lo dejan para nada.
Tan bondadosa es la geografía con este sector que el agua utilizada para los baños es producto de una vertiente que se halla a pocos metros de las cavernas.
UNA BUENA LOCURA
Las ideas que tiene Jaime han sido magníficas, porque la primera que tuvo con la “casa del árbol” ha servido de copia para que en otras partes las realicen.
“Sé que muchos me dicen que estoy loco, pero cuando vienen turistas se sienten felices. Por ejemplo con la casa del árbol pasó lo mismo, muchos me conocen por haberla hecho y lo que ahora realizamos con las cavernas es un proyecto más grande, solo pedimos a Dios que nos ayude para terminar con todo lo planeado”.
"Vinieron unos extranjeros y les encantó el lugar, ellos lo han recomendado a sus amigos y hay personas que vienen directamente para vernos”, expresó Saltos, a quien no le importó renunciar a su profesión por brindarle al país una manera diferente de hacer turismo.
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